Macri, que se mofa de sus pésimas dotes de bailarín, tiene por rito terminar sus discursos públicos bailando y esta vez no fue la excepción, incluso en la sede gubernamental.
"Estoy complicado para bailar por la banda (presidencial cruzada al pecho) pero cuando me la saque empieza la música", dijo en medio de su discurso.
Sin embargo aún con la banda puesta se lanzó a bailar al ritmo de cumbia de un lado a otro del balcón sin que su esposa atinara a acompañarlo.
"Yo le prometí a la presidenta (de Chile Michelle) Bachelet bailar con ella el próximo ritmo, así que la tendría que ir a buscar", bromeó antes de despedirse.
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